viernes, 5 de octubre de 2012

Mas fácil que robarle un dulce a un chico, es robarle la inocencia.

"Lo esencial es invisible a los ojos"
Saint Exupery.


El dolor es esencial para crecer, y cuando los dolores son muy grandes, para el dolido es esencial que sea invisible. Mostrarse vulnerable expone a nuevas fracturas, a nuevas heridas. A mí alguna vez me tocó ser dolida, y no se notó. Les hago un relato, ni breve ni interesante, pero sanador.


Del matrimonio de mis papás soy la hija más chica, habiendo una diferencia de 9 y 11 años con mis hermanos; es como que era una hija mas chica muy chica.
Al mes de mi nacimiento fue la primer separación de mis viejos. Y arrancaron con el estamos-no estamos constante. No me jode ser hija de padres separados, para nada. Con mis hermanos rogábamos que se separaran definitivamente de una vez, en lugar de dar todas esas vueltas. Será por eso que los tres no creemos mucho en eso de volver con los exs.
La que se iba era mamá, así que yo quedaba al cuidado de mis hermanos, mi papá, una tía que vivía con nosotros y cada tanto otra tía, o un amigo de la familia. Un amigo de años. Un amigo que era una mierda.
El ser humano tiene algo mágico, le dicen "memoria selectiva", y gracias a eso, crecí llena de recuerdos gloriosos, pero como que eran pocos.
Llegada la adolescencia, los cambios químicos en el cuerpo o no sé qué, pasó eso que no tenía que pasar: la memoria selectiva se fue al carajo y me vino una sobredosis de "memoria de elefante" con todos esos recuerdos que había decidido dejar afuera de mi vida, y que solo pude posponer.
No, no removí recuerdos. Aparecieron de golpe, eran de esos que nunca más retomás porque se instalan y al menos una vez al día se te aparecen en la mente el resto de tu vida.
Parece que a los 3 mi mamá me enseñó a leer, mi papá me enseñó a jugar a las damas y este amigo hijo de puta que tenían me enseñó que si llenás bien de culpa a una criatura le podés hacer lo que quieras, y no va a contar nada. Y no importa si con el tiempo se olvida, cuando se acuerda de nuevo y hace terapia, y reiki, y se tira las cartas y se intenta tirar abajo de un bondi, con todo eso tampoco se le pasa  la culpa. Me lo enseñó clarísimo, un poquito cada día que nos dejaron solos hasta que a los 9 me planté y di el no más enérgico de mi vida. El "no" que supera la culpa. Ese que llega cuando los dolores ya son demasiado grandes, tanto que no dejan cicatrices, porque se convierten en herida abierta para siempre.
Me cuesta amigarme conmigo. Me cuesta mirarme al espejo, y por eso les tengo miedo. En mi casa no hay nunca, salvo los del baño que vienen de fábrica.
No se perdonarme 6 años de silencio. Si me abstraigo, me saco y miro a esa nena, me da pena. Pero como yo vivo adentro de yo, es más el tiempo que sigo enojada. Casi nunca se me nota, pero cada tanto deschabeto y bueno, de alguna forma (casi siempre no agradable) lo expreso. Con casi 32 años, puedo decir que al menos ahora lo perdono mucho menos a él que a mí. Pero costó eh.
Durante años dije que no quería tener hijos, y por primera vez voy a decir en voz alta o escribir en público que un gran motivo es que si a mí me pasó en el living de mi casa mientras la familia dormía la siesta, ¿cómo puedo hacer para que no le pase a mis hijos? Por fin un día entendí que ese "señor" me robó mucho de chica como para seguirme dejando robar de grande, ¿no? Y hasta me tengo fe para llegar a ser una buena madre.
No hay manera de darle un cierre a este post. Porque no es un cuento, no es una opinión, no es prosa. Esto que escribo hoy es vida. O una parte. O muerte de inocencia. O no sé, pero no tiene cierre en un blog, porque no tiene cierre en ninguna parte.
Algunos dolores se superan, algunas situaciones pasan a ser malos recuerdos. Otras en cambio se combinan y pasan a ser una parte de tu vida diaria con la que tenés que aprender a convivir. Al fin y al cabo, para aprender a caminar nos llenamos de moretones. Y aún sabiendo caminar nos seguimos cayendo y golpeando. Vivir te obliga a seguir respirando aunque duela. Es mejor aprender a hacerlo de una manera más anestesiada.
Cuando una mujer dice no, es no. Y cuando una nena de 3 años, por miedo no llega siquiera a decir que no, es no igual. Y eso lo digo más para mí que para quién esté leyendo.
No me convertí en defensora de los derechos de los niños, no salí a hacer protestas por una mejor legislación en cuanto al abuso infantil. A mí eso no me devuelve nada. Respeto a quienes lo hacen, cada uno maneja sus pesares hasta donde le da la categoría del registro.
Pero pese a la culpa, a la inacción, al enojo a veces me miro y pienso: perdí a los dos hombres más importantes de mi vida, y seguí. Perdí la inocencia a destiempo y seguí.
No soy invencible, no soy irrompible pero al menos, en mis peores momentos sé que allá atrás se viene algo mejor. No puedo esperar que otros lo vean así, pero tampoco ser tan necia de no verlo yo misma de esa manera.

Después de haberles descargado todo esto, aprovecho para agradecer al hombre que escuchó toda esta historia una vez, con más detalles, con más culpas e igual me amó y me lo hace saber cada día de nuestra vida juntos. Y para él, tampoco es fácil.

Y este relato, también tiene un tema:



17 comentarios:

  1. A veces no puedo leerte sin romperme un poco.
    A veces, también, lo importante de la llaga no es que cierre sino que no sangre.
    A veces las letras sangran y curan un poco las heridas.

    Y donde digo «a veces» podría decir «siempre».

    Beso,

    M.

    ResponderBorrar
  2. No hay miedo más grande de quienes soñamos con niños.
    No hay dolor más intenso que sobrevivir nuestra tragedia.
    Te quiero y ojalá alcanzara.-

    ResponderBorrar
  3. Clap, clap!
    Gracias. Lo compartí en fb com mis amigos.
    saludos!

    ResponderBorrar
  4. Qué distinta sería la lectura que muchos harían de tus tuits de hoy si leyeran esto. Hoy dije que te bancaba por la defensa conmovedora, visceral y a la vez racional que hiciste. Por supuesto que comparto esa mirada, aún sabiéndome no conservador o tradicional, como muchos creerían. Las palabras de arriba perturban, conmueven, sacuden. No te permiten permanecer inmune. Y hoy, como papá de una nena de 4 años, quizá me conmuevan más. Celebro que quieras ser mamá. Seguramente tus hijos van a recibir más cariño del que jamás podrán imaginar. Beso.

    Ale. El Acertijo.

    ResponderBorrar
  5. Para mí, el poder sanador de las palabras radica en repartir un poco los sentimientos relatados. Hoy compartimos un poquito de tu tristeza pero mucho de esperanza. Gracias.

    ResponderBorrar
  6. Se que no es facil contar algo así, no es fácil abrirse a otro y contarle esta historia llena de dolor. No es fácil contar cosas que nos llenan de tristeza. Pero lo hiciste y desde mi punto de viste hacer algo asi requiere de muchos huevos, de mucho coraje. De mucha valentía. Mas teniendo en cuenta que hay otro escrito dando vueltas sobre otro tema del cual también es complicado hablar. Por eso te quiero hacer sonreir, mimarte y malcriarte cada día.
    No me digas gracias por cosas que salen del corazón, porque si hay algo que se, es que te amo. Con el alma.

    ResponderBorrar
  7. Por favor; mirate en el espejo con orgullo, no todos tienen semejantes ovarios!!!!. Se huele mucho amor en tu presente, la vida te tiene que compensar con momentos maravillosos. Te abrazo muy fuerte!!!!!

    ResponderBorrar
  8. Por favor, mirate en el espejo con orgullo, no todos tienen semejantes ovarios!!!!, se huele mucho amor en tu presente y seguramente la vida te va a compensar con un hermoso futuro. Te abrazo fuerte, fuerte.

    ResponderBorrar
  9. Mirá que loca es la vida! Acabo de agregarte al twitter, por cosas q escribiste y m parecieron graciosas, había un link y una dirección de blog, por casualidad era este (pero las casualidades, a mi entender, como que no existen). Me pasó lo mismo, a los 4 años, era un tío paterno, pude contarlo después de muchos más años. Todo tiene su marca, creo yo, que me considero una mina fuerte, pero al leer esto, se me revolvió el estómago, se me hizo un nudo en la garganta. Seguramente será que sin querer queriendo al ver tu historia, ví un pedacito de la mía. Abrazo

    ResponderBorrar
  10. Nunca voy a entender ciertos cachetazos de la vida.
    No encuentro las palabras, y sin embargo tengo la necesidad de escribirte, a modo de abrazo a la distancia.
    Aplaudo a esa nena que tuvo el coraje de hacerse escuchar. Y aplaudo a esta mujer que tiene la entereza de dejar atras sus miedos.
    Te quiero.

    ResponderBorrar
  11. Gracias. Ojalá algún día me anime y pueda largar lo que me pasó, tan lejano y tan cercano a lo tuyo. Lástima que desreprimí a los 20 y es tan difícil sacudirse la culpa.
    Genia.
    Erika. @Zoilaerika

    ResponderBorrar
  12. Me partiste el alma. Ojala que esto que escribis te haya servido para cerrar la herida. Se te nota una mujer muy fuerte, con unos huevos asi de grande. Un cobarde esto no lo escribe.

    Atte. @paraquecorrer

    ResponderBorrar
  13. Muchas veces guardamos el dolor muy profundo, pensamos que no va a resurgir si lo escondemos, pero siempre esta, ahí esperando. Vos tuviste la fortaleza para hoy poder verlo, pararte y hacerle frente. Escribir es una experiencia sanadora, y vos encontraste este camino, te felicito por lo que hoy sos, tomaste la decisión de ser una mujer feliz a pesar del dolor, sobreviviste, eso es mucho en esta vida.

    Te deseo todo lo mejor, tene muchos hijitos, que un HDP no condicione tu vida, no tengas miedo que la vida te recompensa, hoy sos feliz.-

    Una seguidora de twitter!

    saludos.-

    ResponderBorrar
  14. me sentí tan identificada... vas a ser una gran madre, eso descontalo. Buena vida!

    ResponderBorrar
  15. Gracias por tus palabras.
    Hoy gritaron desde esta página para acallar voces peligrosas, con título y mucha prensa.
    Sos muy valiente y generosa, a la vez. Contar tu historia es sacudir la modorra.
    Y hoy, fue especialmente necesario.
    ¡Avanti que la vida aún puede ser hermosa!
    Ana desde Salta

    ResponderBorrar
  16. Quisiera no admirarte, que nunca hayas tenido que ser tan fuerte, que nunca haya habido semejante causa. Y que tampoco hubieran ocurrido historias similares, como se entreven en algunos comentarios y como habrá en algunos silencios. La sustracción de inocencia es para mi el peor de los delitos, sino también el núcleo de todos los delitos en general, pues conllevan eso. Por suerte el comentario de caradesilla me recuerda que en tu vida también está el opuesto a tanta mierda, besando heridas. Los quiero.

    ResponderBorrar
  17. Tu pena me duele profundamente pero tu fuerza me contagia y me enorgullece me lleva a los mas alto , tenes unos valores increíbles y tenes huevos . Te quiero con toda mi alma .Aunque ahora me siento con un vacio enorme por no tenerte aca para darte el abrazo que te mereces por ser como sos conmigo, Dios y nosotros los que te queremos te vamos acompañar siempre cada uno desde su lugar .Entre tantas palabras de tristeza ,sin embargo puedo ver a alguien que no deja de luchar .sos de las mujeres que no se rinden que nadie te robe la alegria nunca mas. te quiero desde siempre .y ya empiezan a sobrar las palabras entre nosotros.

    ResponderBorrar

Podés expresarte libremente sobre esto en 5,4,3..

Ajam...

No esperes irte de acá con una sonrisa o con nuevos conocimientos. Esto es catarsis, es indirectas, es directas y es yo.




Gracias MX por ayudarme a expresar mejor la idea...