sábado, 29 de diciembre de 2012

Cortito y real.

—Tenemos que hablar sobre esto que te está pasando. No es sano que pases el día hablando sola.
—¿Y vos qué podés saber de salud, si no sos más que un reflejo?






sábado, 24 de noviembre de 2012

No es lo mismo. No es lo mismo.



"Me dieron tantas excusas que las vendo. Hay de todos los precios, para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero."
Olga Ivanova - Twittera. Fracasada. 2012.


A la hora de recibir una explicación o de darla, es importante que distingamos entre "excusa" y "justificación·.
La justificación es un por qué real de algo. Nos caiga o no en gracia es el motivo.
La excusa en cambio, es un por qué del cual la imaginación es un gran responsable. De hecho, muchas veces las excusas mentirosas nos caen mejor que una realidad. Ahí es donde tenemos que decidir si vamos a pedir verdades y asumirlas con estilo (aunque nos caigan como el culo) o vamos a preferir que nos mientan, creer y tener estilo, que va a ser tan ficticio como la excusa propiamente dicha. Eso ya queda en cada uno.
A ver, ejemplos:

Nos gusta alguien, y sentimos que le gustamos. Hay un coqueteo, histeriqueo, juego de seducción o lo que nosotros generemos.
Finalmente se concierta una cita, en la cual planeamos llevar a cabo todo lo que venimos fantaseando hasta ahora. Por ende, tiene una carga de expectativas altísimas. Elegimos fecha, lugar, hora, que nos vamos a poner, cómo nos vamos a peinar, a sentar, qué decir y qué no.
Dos horas antes suena el téléfono y atendemos sin mirar, pensando que es ese confidente que sabe todo y nos llama para calmarnos y desearnos suerte. No. Es nuestro parteneire que llama para cancelar.
MOMENTO TERRIBLE.
¿Qué queremos? ¿Excusa o justificación?

Posibles justificaciones:
-No llego porque me tengo que quedar unas horas más en el laburo, es fecha de cierre de facturación.
-Vino de visita sorpresa mi mamá que vive en el interior, en el interior de la concha de la lora.
-Mi ex me pidió que cuide a los nenes.
-Tengo fiebre.
-No me animo.
-En realidad no me gustás tanto y va a ser una pérdida de tiempo.

Ah si, porque entre las justificaciones se espera siempre que sea algo ajeno a uno mismo, y en casos como este especialmente, que pueda posponerse la cita. Pero a veces, no es así. Y no todos estamos preparados para recibir la justificación que no queremos oir.

Posibles excusas:
-Se murió mi abuela que vive a la vuelta de la argolla del pato y estoy viajando ya. (Y después lo ves etiquetado en el album de fotos de facebook que se llama "Fiesta inolvidable a la vuelta de tu casa, si de la tuya que te dije que me iba al entierro de mi abuela").
-Me duele todo el cuerpo porque tuve un partido de ajedrez y los nervios me mataron. (Daleeeee)
-La verdad es que me das miedo, creo que podría enamorarme de vos y no estoy en condiciones de volver a pasar por algo así.

La última es genial. Es la que todos quieren oír aun sabiendo que no es verdad y peor aún: se la siguen creyendo.

Nos quejamos de que nos dan excusas pero, ¿cuántos estamos en condiciones de oir justificaciones?
¿Cuántos somos capaces de DAR justificaciones?
Porque decime la verdad: antes de dar la respuesta correcta, ¿no te diste alguna vez la excusa (y te la creíste) de que decir la verdad iba a lastimar al otro?
Ahhhh, pero cuando uno da la excusa es distinto de cuando la recibe, ¿no?

Todos queremos la verdad, pocos saben manejarla y casi ninguno es capaz de otorgarla. ¿No estaremos siendo un poco pelotudos?

Mirá si será tema común, que hasta le hacen canciones.




viernes, 5 de octubre de 2012

Mas fácil que robarle un dulce a un chico, es robarle la inocencia.

"Lo esencial es invisible a los ojos"
Saint Exupery.


El dolor es esencial para crecer, y cuando los dolores son muy grandes, para el dolido es esencial que sea invisible. Mostrarse vulnerable expone a nuevas fracturas, a nuevas heridas. A mí alguna vez me tocó ser dolida, y no se notó. Les hago un relato, ni breve ni interesante, pero sanador.


Del matrimonio de mis papás soy la hija más chica, habiendo una diferencia de 9 y 11 años con mis hermanos; es como que era una hija mas chica muy chica.
Al mes de mi nacimiento fue la primer separación de mis viejos. Y arrancaron con el estamos-no estamos constante. No me jode ser hija de padres separados, para nada. Con mis hermanos rogábamos que se separaran definitivamente de una vez, en lugar de dar todas esas vueltas. Será por eso que los tres no creemos mucho en eso de volver con los exs.
La que se iba era mamá, así que yo quedaba al cuidado de mis hermanos, mi papá, una tía que vivía con nosotros y cada tanto otra tía, o un amigo de la familia. Un amigo de años. Un amigo que era una mierda.
El ser humano tiene algo mágico, le dicen "memoria selectiva", y gracias a eso, crecí llena de recuerdos gloriosos, pero como que eran pocos.
Llegada la adolescencia, los cambios químicos en el cuerpo o no sé qué, pasó eso que no tenía que pasar: la memoria selectiva se fue al carajo y me vino una sobredosis de "memoria de elefante" con todos esos recuerdos que había decidido dejar afuera de mi vida, y que solo pude posponer.
No, no removí recuerdos. Aparecieron de golpe, eran de esos que nunca más retomás porque se instalan y al menos una vez al día se te aparecen en la mente el resto de tu vida.
Parece que a los 3 mi mamá me enseñó a leer, mi papá me enseñó a jugar a las damas y este amigo hijo de puta que tenían me enseñó que si llenás bien de culpa a una criatura le podés hacer lo que quieras, y no va a contar nada. Y no importa si con el tiempo se olvida, cuando se acuerda de nuevo y hace terapia, y reiki, y se tira las cartas y se intenta tirar abajo de un bondi, con todo eso tampoco se le pasa  la culpa. Me lo enseñó clarísimo, un poquito cada día que nos dejaron solos hasta que a los 9 me planté y di el no más enérgico de mi vida. El "no" que supera la culpa. Ese que llega cuando los dolores ya son demasiado grandes, tanto que no dejan cicatrices, porque se convierten en herida abierta para siempre.
Me cuesta amigarme conmigo. Me cuesta mirarme al espejo, y por eso les tengo miedo. En mi casa no hay nunca, salvo los del baño que vienen de fábrica.
No se perdonarme 6 años de silencio. Si me abstraigo, me saco y miro a esa nena, me da pena. Pero como yo vivo adentro de yo, es más el tiempo que sigo enojada. Casi nunca se me nota, pero cada tanto deschabeto y bueno, de alguna forma (casi siempre no agradable) lo expreso. Con casi 32 años, puedo decir que al menos ahora lo perdono mucho menos a él que a mí. Pero costó eh.
Durante años dije que no quería tener hijos, y por primera vez voy a decir en voz alta o escribir en público que un gran motivo es que si a mí me pasó en el living de mi casa mientras la familia dormía la siesta, ¿cómo puedo hacer para que no le pase a mis hijos? Por fin un día entendí que ese "señor" me robó mucho de chica como para seguirme dejando robar de grande, ¿no? Y hasta me tengo fe para llegar a ser una buena madre.
No hay manera de darle un cierre a este post. Porque no es un cuento, no es una opinión, no es prosa. Esto que escribo hoy es vida. O una parte. O muerte de inocencia. O no sé, pero no tiene cierre en un blog, porque no tiene cierre en ninguna parte.
Algunos dolores se superan, algunas situaciones pasan a ser malos recuerdos. Otras en cambio se combinan y pasan a ser una parte de tu vida diaria con la que tenés que aprender a convivir. Al fin y al cabo, para aprender a caminar nos llenamos de moretones. Y aún sabiendo caminar nos seguimos cayendo y golpeando. Vivir te obliga a seguir respirando aunque duela. Es mejor aprender a hacerlo de una manera más anestesiada.
Cuando una mujer dice no, es no. Y cuando una nena de 3 años, por miedo no llega siquiera a decir que no, es no igual. Y eso lo digo más para mí que para quién esté leyendo.
No me convertí en defensora de los derechos de los niños, no salí a hacer protestas por una mejor legislación en cuanto al abuso infantil. A mí eso no me devuelve nada. Respeto a quienes lo hacen, cada uno maneja sus pesares hasta donde le da la categoría del registro.
Pero pese a la culpa, a la inacción, al enojo a veces me miro y pienso: perdí a los dos hombres más importantes de mi vida, y seguí. Perdí la inocencia a destiempo y seguí.
No soy invencible, no soy irrompible pero al menos, en mis peores momentos sé que allá atrás se viene algo mejor. No puedo esperar que otros lo vean así, pero tampoco ser tan necia de no verlo yo misma de esa manera.

Después de haberles descargado todo esto, aprovecho para agradecer al hombre que escuchó toda esta historia una vez, con más detalles, con más culpas e igual me amó y me lo hace saber cada día de nuestra vida juntos. Y para él, tampoco es fácil.

Y este relato, también tiene un tema:



martes, 25 de septiembre de 2012

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida


"La muerte y el amor tienen en común que te toman por sorpresa. Y nunca piden permiso."

Olga Ivanova, 2012 - Enamorada contemporánea.



Nunca parece buen momento para morirse ni para enamorarse, pero qué se le va a hacer. Son esas cosas que te pasan y no podés evitarlas. Porque a mi no me vengas a decir que podés manejar el amor, yo sé mejor que nadie que es mentira.
A mí muchas muertes me tomaron por sorpresa. Un día el amor se cansó de no ser nunca la estrella y entró en juego.
Les juro que yo no tenía idea, no me lo vi venir ni un poco.
Llegó un domingo como cualquier otro, mientras yo que había pasado de padecer mi soledad a disfrutar de mi soltería, me fui a comer un asado. La cosa es que me pasa a buscar este pibe. No se quién lo mandó en un momento tan inoportuno, con el terreno tan preparado. Yo tan segura de que el amor no existía, tan tranquila de que no era un motivo para preocuparme...
No me quiero ir del tema. La cosa es que me tocó timbre, era un amigo en común de algún amigo, y no lo había visto en mi puta vida. O miento, una vez me llevó por delante, pero ni lo miré. Para echar improperios, no hace falta ser un observador detallista. Y ahí estaba. Paradito en la puerta de mi casa, él que si me llevó por delante, obviamente NUNCA me había visto tampoco. A esta altura no tiene sentido mentir: me entró por los ojos. Ya habíamos hablado varias veces antes, así que medio que ya lo tenía metido por otros lados. Y entre que la carne es débil y el alma medio pelotuda... ahí estaba yo, viajando en su auto hacia un asado con amigos, pensando en que lo mejor hubiera sido fingir un desmayo y meterlo en mi casa.
Terminamos de comer, nos fuimos a que todos los comensales tomaran café mientras yo me dormía una siesta en el sillón del dueño de casa. Y nada che. Yo tenía un compromiso, al que mi chofer del mediodía se ofreció a llevarme en la tarde-noche y nada.
A los días, cenamos de nuevo, con un amigo en común. Y sin esperanzas de ningún tipo. Mirábamos una película en el sillón, cuando sentí su manito en mi hombro y a los minutos, su aliento muy cerca del mio. ¿Sexo? No, me arruga el amor. Dormimos abrazados. Y no me di cuenta que ese era el fin de mi vida tal y como la conocía hasta ese momento. Eso de no atender el teléfono, eso de no querer ver más de dos o tres veces a nadie, eso de no creer en nada, eso de ser "el karma del sexo masculino" (cómo me decía mi hermana) lo hice un bollito y me lo metí... en algún bolsillo. Horas de caminata de la mano, cada noche. Dormir mirando el teléfono. Dos semanas más tarde, pasamos un día y medio sin vernos. Cuando nos encontramos, corrimos a besarnos. Como en las novelas, pero como era "de enserio", no sabría decir si como dos pelotudos o como dos enamorados que no quieren reconocerlo. Al mes y medio, se quedó a dormir en mi casa, todavía no se fue (y mirá que pasaron meses y meses eh). Mientras escribo esto acá lo miro, él lee un libro sentado al lado mío. Y yo busco cómo hacer esta historia más larga. Pero no puedo, le tomó demasiado poco tiempo convertirse en el hombre de mi vida y cambiármela para siempre.
Pero el amor se quedó con las ganas de ser la estrella de esta historia, porque este hombre, es todo mi universo.


Entonces, la otra parte quiso contar cómo lo vivió él. Y vino el hombre de mi vida, del que les conté, y escribió esto.

"Y después de esa "noche mágica", en la que nos compartimos, en la que charlamos y tomamos. En la que no hubo sexo pero igual ahí con nosotros, por nosotros, estaba todo el amor del mundo, nos seguimos viendo, a escondidas, de la mano, entre los árboles, esperándonos en diferentes esquinas para aprovechar mas el tiempo. Paseos que compartimos con helados, con chocolates, con algo de tomar. Paseos en los que no nos podíamos, como ahora, sacar los ojos de encima del otro. Paseos perfectos, en los que el tiempo se detenia por y para nosotros. Paseos donde nuestras manos, nuestros ojos, donde nuestras almas bailaban el mejor de los bailes, porque es así, cuando hay amor, amor del de verdad, el mundo no existe, es solo de y para los amantes. NOSOTROS.
Y nos pasó que no nos vimos por tan solo un día y medio y cuando nos vimos corrimos hacia el otro, pero corrimos desesperados, no nos dijimos ni "hola", no hacia falta, nuestra sola presencia ahí, en esa calle con poca luz, en esa calle tan nuestra nos dimos ese beso que se dan en las películas, ese beso en el que le decís tan solo con los labios y las caricias, "no te vuelvas a ir por tantos días, no sabes todo lo que te extrañé, no sabes todo lo que me haces falta, quiero mi vida con vos, no me sueltes, abrazame, quedate conmigo". Todo eso y mas estaba en ese beso. Todo eso esta en cada beso que nos damos, cada vez que "chapamos" "porque si".
Porque yo asi la siento mía, y yo me siento de ella, para ella. Porque lo mas importante es verla sonreír. Que me regale esa sonrisa, esos ojos, esa expresión que solo ella me da.
El tiempo es nuestro, siempre lo fue y asi será. Porque ella es la mujer de mi vida."



Mariano.

No, no se lo pienso corregir en nada. Y me voy, a besarlo y a darle play al video, así bailamos un rato juntos.

viernes, 3 de agosto de 2012

Propiedad intelectual del Sr. Coculo.

Ante mi último post, el Sr. @Coculo quiso dar una opinión, pero blogger no se lo permitió porque como sabemos los que los conocemos y como se enterarán los que no lo conocen: HABLA MUCHO.

Me mandó unos mails, que voy a transcribir para que ustedes puedan apreciar su comentario, que más que comentario, es como una "mejoración" de lo que yo había escrito antes.

Cedo este espacio, y así va la cosa:

"De: coculo@tuiter.com.ar
 Para: bastamae@tuiter.com.ar


Buenos días Sra Barnechea de Sillín.
Quise publicar mi comentario en tu blog, pero no pude porque parece que en excedí en el texto.
Te lo paso en un archivo adjunto."

(no voy a transcribir el resto del mail porque tiene connotación pornográfica)

Y acá les dejo el texto del archivo adjunto: (sin corrección, como vino, porque a Cocu no se lo corrige)

"Ante todo, mis felicitaciones habituales por la excelente habilidad para escribir que tenés.

Decir que coincido en muchas cosas no aportaría nada nuevo, asi que creo más productivo dejar expresado en que disiento.
Disiento con que esto me tome por sorpresa.
Le vengo pegando duro y parejo a los gobiernos Kirchneristas, porque vislumbro desde hace bastante tiempo, que, más allá de algunos aciertos, el rumbo está equivocado.
Vale decir, si quiero irme a Mar del Plata, y meto acelerador a fondo por la Ruta 9, más allá de mi habilidad para doblar a 140 km/h en una curva, o mi sensatez para cargar el tanque en mitad del viaje, lo preocupante es que en lugar de ir hacia Mar del Plata, me estoy alejando del rumbo hacia el cual me gustaría ir.
Tonto sería si, al llegar con la sombrilla y la malla puesta a Córdoba, me veo sorprendido porque no encuentro el mar ni los lobos marinos, sino que hay sierras y gente escuchando cuartetos.
No digo que no se pueda veranear en las sierras. A mi particularmente, me gusta más el mar, y si veo que me están llevando para otro lugar, lo menos que hago es chillar.
Desgraciadamente, cuando uno vive en un país y el micro lo maneja uno que elige la mayoría, no puedo bajarme en mitad de camino e ir a donde yo quiera. Eso, además, me genera mucha frustración.
Máxime si considero (en forma personal y autoritaria) que la gente que votó para decidir hacia donde vamos, no está suficientemente preparada en lo intelectual, para decidir con sapiencia el destino del resto. Y sin olvidarme tampoco, que el piloto del micro, tiene agarrados a muchos de las pelotas con favores, planes sociales, electrodomésticos, puestos en alguna municipalidad, etc., para asegurarse que una parte importante, esté presa y deba elegir lo que ellos impongan.
Prácticas que sin dudas están diseminadas en todo el espectro político (en mayor o menor escala), pero que el peronismo hace de ellas una cultura, un estilo de conducción.

Podría hablar horas (y en todas las ocasiones mal) sobre el peronismo, pero no es el tema de esta nota, por lo que, será para otra oportunidad.
Quienes somos desde el comienzo críticos “del modelo”, no es que somos brujos o agoreros de las tragedias, simplemente, sabíamos que el rumbo estaba equivocado, y que muchas de las consecuencias iban a ser estas.
Por lo tanto, si cuando llegamos a Córdoba queremos clavar la sombrilla en lugar de la arena de una playa hay vegetación, y no tenemos idea qué carajo hacer con la tabla de barrenar olas en medio de la sierra, no nos vemos sorprendidos.
El idiota es el que llevó ese equipaje, sabiendo (o no teniendo claro) que iba hacia un lugar en el que había sierras.
Hoy, entre otros centenares de detalles, faltan insumos básicos; faltan medicamentos; los servicios funcionan para el culo porque no hay inversión desde hace años (ni propia ni, mucho menos, extranjera) y encima, quien tenía que controlar hizo la vista gorda porque tenía intereses en juego; comienza a haber problemas de caja; muchas de las actividades se ven seriamente jaqueadas, y por ende, las empresas tienen que decidir despedir gente, etc, y todo parece saltarnos a la vista por sorpresa.
En el tema inversiones, por ejemplo, hay una cuestión simple: si cundo venís a mi casa te trato mal y te robo la billetera, no venís más. Y seguramente, si tenés amigos, te vas a sentir tan indignado que les vas a contar a todos lo que te pasó, y vas a tratar de influenciarlos para que ellos tampoco vengan.
Del mismo modo, si cuando vos eras chico venían tus amigos a tu casa y vos no les prestabas tus juguetes, no te sorprendas si ellos tampoco luego te quieren prestar sus juguetes. Si la Argentina necesita exportar, y no importa, no hay relación comercial posible con el exterior. Cuando uno hace la broma de “Somos Cuba”, no es por otra cosa que por eso. Es porque nos damos cuenta que, de a poco, con estas actitudes, nos vamos aislando y podemos terminar como ellos.
Ojo, quizás podamos vivir aislados. Después de todo, somos argentinos, y los argentinos somos los campeones del mundo de todo y somos más vivos que el resto, y quizás podamos vivir en un mundo donde solo existamos nosotros. ¿Para qué necesitamos a los demás?

Mi último comentario es para el tema de los cacerolazos.
¿Es garca o golpista el que participa de un cacerolazo?
Lo primero que se me viene a la cabeza, es que sin dudas para el Gobierno, si. Bah, en general, para los K, todo aquel que no les chupe las medias y acate al 100% sus doctrinas, lo es, y tiene un plan conspiratorio por ser oligarca.
Más allá de eso, la verdad es que el tema cacerolazo, no lo deseo enfocar solamente hacia el punto de vista ese, o si el tipo de clase media, o clase alta, solo se moviliza cuando le tocan el culo (lo cual es así, aunque nos pese).
El tema para mi, tiene dos ribetes más preocupantes, que quedarme en el análisis superficial de si la clase media es egoísta o no.
En primer lugar, la reducción de libertades que nos imponen para hacer lo que se nos cante el culo con nuestra mucha o poca guita. Acá ya no puedo, no solo decidir si voy a Mar del Plata o Córdoba, sino que también me están imponiendo que voy a tener que tomar jugo Tang en lugar de Coca Cola. Dejame hacer con mi guita lo que quiero.
No me gusta vivir en un lugar donde el gobierno me dice hacia donde tengo que ir, qué tengo que hacer, en donde se mete a decirme si tengo que comer guiso de lentejas o flan con dulce de leche, y en donde si opino distinto soy golpista, oligarca y antipatria.

El otro punto escondido en el tema cacerolazos/dólares, es el tema confianza.
Si a mi me gusta ahorrar en Dólares, es porque no le tengo fe al peso, porque no confío en el gobierno ni en el rumbo que está tomando.
Si vos me prohibís (esto no es una limitación, sino una prohibición) comprar Dólares, no conseguís que te tenga más confianza, sino todo lo contrario, paso a desconfiar de vos todavía más.
Por otro lado, el tipo que tiene la suerte (si, dejemos de envidiarlo) de poder viajar por el mundo, se tiene que volver pelotudo para poder juntar un miserable dólar para disfrutar de ese viaje como se le cante el culo.
Ese es otro mal eterno de este país, en donde se fomenta todo el tiempo la bronca y el resentimiento por el tipo que pudo hacer (mal o bien) un mango más que el resto. Ojalá algún día todos querramos tener tanta guita como él, y dejar de querer que él sea tan pobre como nosotros, entre otras cosas.
En definitiva, que se yo. A mi me gustaría más estar en la playa, con mi sombrilla, pudiendo barrenar olas en el mar, y decidiendo libremente si con los 10 mangos que tengo en mi bolsillo, me compro un pancho y una coca, o me lo gasto en una revista porno, y sin sentirme manipuleado, observado y objetado todo el tiempo.
Entiendo que haya gente a la que le guste otra cosa.
No entiendo que al que le gusta eso, luego se sorprenda porque no es lo que esperaba.
Y fundamentalmente, dejame que a mi no me guste lo mismo, y que lo pueda decir.

Podría seguir horas, y por cada frase que escribí, dejé de lado otros 5 pensamientos asociados.
Será en otra oportunidad. Tengo que empezar a preparar el almuerzo para los pibes, y además, necesito saludar a mis FANS de Twitter, que están esperando mis culo, teta y negro de mierda de todos los días.

Cocu"

En fin, comparto una opinión inteligente con ustedes. Lo único que me queda por decir es gracias al Sr. Coculo por leer, por opinar y por participar. Y sobre todo, por dejarme mostrarles esto.

jueves, 7 de junio de 2012

Quejas de un sin ser ciudadano


"Cuando un gobierno dura mucho tiempo se descompone poco a poco y sin notarlo."
Montesquieu.



Tengo 31 años y soy extranjera, por ende no voto. Pero vivo en este país hace 29 años.
No tomo partido por ningún político jamás. No creo en los "-ismos", creo en las doctrinas y en Argentina hace mucho que la clase dirigente carece de alguna, porque el ego no le está dejando lugar. 
Me llamo María Eva, evidentemente, este desapego a la militancia no lo heredé de mi familia. Se darán cuenta que mis papás no pensaron en la manzana al bautizarme si les cuento que tengo hermanos Facundo Ernesto y Roque Camilo.
Como no voto, tengo la ventaja de poder decir siempre "yo no lo voté" y la uso mucho en chiste. Si me pongo seria, evito hablar de política, pero en épocas de elecciones se pone complejo llevar tal plan a cabo y termino explicándole a mi mamá por qué no debería votar a tal o cuál candidato; o comentando a quién votaría si pudiera gozar de ese derecho cívico que tanta sangre le costó conseguir a un país que amo. Y sobre todo, los años de exilio de mi papá. No, no nací en Venezuela por un viaje de placer de más de 9 meses de mis viejos, sino porque mi papá fue un luchador tan empedernido por los derechos democráticos de su país, que puso en riesgo su vida y la de muchos de los que lo rodeaban en la época de la dictadura, teniendo que huir toda la familia al caribe.
Las decisiones de los gobernantes no deberían analizarse con fanatismo, sino con sentido común. Pero parece que a muchos de nosotros no nos sale, o no les sale. A veces no se si incluirme o no.
No soy K ni anti K. Los K son un apellido: no son una filosofía, un equipo de fútbol, ni siquiera son una ideología. Nada a lo que ser anti. Tampoco son estrellas de rock, o dadores de grandes aportes a la cultura, así que no encuentro causa para profesar algún tipo de fanatismo.
Tuvieron aciertos y desaciertos en sus gestiones: todos podemos equivocarnos, y a todos nos puede salir una bien de puro culo. Ustedes elijan con que prisma ven las cosas. Yo elijo el mío, pero no lo comparto, porque no me gusta teñir de mis opiniones al resto. A lo sumo las puedo compartir de manera confusa, cosa que no se contagien. No me siento capacitada para infectar a los demás de mis propios pensamientos.
Quizás sea porque vengo de una familia demasiado politizada, o quizás porque soy consciente de mis limitaciones, o quizás porque lo único que pretendo de este post es descargarme mediante la tinta virtual, pero elijo no hacer demagogia de la nada.
Y desde esta postura, que puede parecer poco comprometida, o poco profunda o poco lúcida, o poco lo que sea, me expreso. 
No vengo de una familia acomodada económicamente. Mi abuelo arrió bolsas en el puerto, hasta que ahorró y compró un kiosco de diarios. Le pasó el oficio a mi viejo, que llegó hasta sexto grado. Mi mamá, se crió en un orfanato. Así que mucho de ahí no se heredó. Estudió, es auxiliar de enfermería y trabaja de forma particular. Da un promedio de 300 inyecciones mensuales, baña pacientes (aun teniendo dos enfermedades que no le permiten hacer esfuerzos, que ella igual hace), toma la presión, vacuna nenes, y mira novelas con viejas que lo único que quieren es compañía. Y no les cobra. Digamos que las cosas no nos fueron regaladas, pero subsistimos.
Yo trabajo desde los 14 años. A los 19 me fui de mi casa, me independicé y desde ese entonces JAMÁS dependí de nadie económicamente hablando. Emocionalmente, tengo adicción por varias personas, pero todo no se puede.
Trabajé de todo: cajera de una parrilla, di clases particulares a chicos de primaria y secundaria, vendí celulares, fui secretaria en una agencia de noticias que me sigue debiendo parte del último sueldo de octubre del 2001, me desempeñé como cadete en la farmacia de una clínica y con mucho huevo terminé siendo la encargada administrativa de la misma farmacia, y los compañeros que me habían enseñado el trabajo pasaron a ser mis subordinados. Ninguno se quejó por sus mas de 15 años de antigüedad, porque consideraron que me había ganado el puesto.
Hace un tiempo, cuando mi mamá necesitó  un tratamiento especial y por ende, compañía especial, decidí dejar la relación de dependencia y traté de poner mi propio negocio. Igualmente no perdí contacto con algunos de mis empleadores, e incluso clientes anteriores, y seguí trabajando de manera independiente en salud, que no deja de ser el rubro que mas disfruto. Soñado.
Intenté sacar adelante mi negocio, que por cierto habilité sorteando muchas coimas que me fueron solicitadas a tal fin.
Así me mantuve, y pude ayudar a parte de mi familia que no pasaba por un momento tan bueno como el mío, porque la verdad es que con los K me iba bien. Pero no los hubiera vuelto a elegir, si  tuviera derecho a voto, PORQUE VEIA CLARAMENTE QUE AL RESTO NO LE IBA TAN BIEN COMO A MI. Y cuando uno mete el papelito en la urna, si piensa solamente en su situación, debería hacer la cuentita esa de que en 4 años este mandato llega a su fin, y capaz, ese gobierno que tanto te conviene, cuando se termina te deja pagando las consecuencias de la maravillosa vida que te diste Y SE DIERON, los 4 añitos anteriores. Pero no, acá seguimos con la filosofía de si me va bien a mi... No aprendimos del 1 a 1 mentiroso, que dejó una economía completamente rota. Que cuando el gobierno siguiente no pudo mantener, nos dejó con un peso tristemente devaluado, pero con la economía totalmente dolarizada. No, nosotros seguimos creyendo que a la hora de votar, hay que mirar la billetera y nada más. ¿Las políticas económicas? Naaa... eso es a largo plazo. LA CHOTA. ¿De verdad creen que la situación actual no es consecuencia de nada? ¿De verdad la gente sale a pegarle a una cacerola porque no puede comprar dólares en lugar de pedir que las transacciones comerciales se hagan en la misma moneda en que se pagan los sueldos? 
En fin: hoy por hoy la economía sorprende más que el embarazo de una virgen. Y le creo mas a una embarazada que es virgen, que a nuestra presidenta cuando habla de mejoras en la situación del país.
Este gobierno tuvo cosas muy buenas, como la ley que le permite casarse a las personas del mismo sexo. También les facilita el divorcio, porque a este paso va a ser muy difícil que logren reunir bienes que dividir.
Hoy escribo enojada, porque de un día para el otro amigos míos y yo misma desde anoche, no tengo trabajo. Pero eso no es lo complejo: el tema es la incertidumbre de cuándo volveremos a tenerlo.
Hay empresas cerrando o reduciendo su personal, por tanto la esperanza de ser uno de los privilegiados que cae en el caso particular de la empresa en expansión que necesita un empleado tiende a ser cada vez mas reducida.
Vivimos en un país que sangró por tener democracia, y que sin embargo, la usa para sufragar a favor de que nos limiten los derechos.
Vivimos en un país que tiene una clase media alta que recién hoy sale a quejarse porque no puede comprar moneda extranjera, una clase baja comprada en planes sociales y una clase media que está tendiendo a desaparecer. Con estadísticas mentirosas: cada persona que recibe un plan, desaparece automáticamente del índice de desocupación sin ir más lejos.
Mi duda es si como nación vamos a seguir mirando adentro de nuestra billetera a la hora de entrar al cuarto oscuro, sin dejar de recordarles que hasta hace una semana mis ingresos eran unos y a partir de unos días van a ser nulos. Sí, a mi que me iba bien con los K. ¿Qué pasó? Es simple: la "sensación de inflación" dejó a la gente sin "sensación de ganas de gastar". Y a mi con toda la "sensación de que me voy a endeudar para el carajo si sigo así".
¿Mi trabajo independiente y sin horarios? ¿Ese que era soñado? Como no se importan drogas ni excipientes, no hay fabricación de muchos medicamentos, y sin producto que vender, no se necesitan vendedores. Igual mucho más jodida es la situación de la gente que necesita de esos medicamentos. Pero bueno, siempre se puede encontrar algún reemplazo ¿no? ¿NO?
Los K hicieron algunas cosas bien o les salieron bien de culo, según quién lo mire y cómo. Mi pregunta es si todo lo que están haciendo mal, es un precio justo a pagar por lo otro.
Pero lo que más me intriga, es a dónde deja la capacidad analítica la gente cuando elige a sus gobernantes. Y en esta no me incluyo, porque no me toca elegirlos y porque aún en la mejor, no hubiera elegido lo que tenemos. El tiempo no hizo más que darme la razón en mi propio caso. El tema es: ¿a cuántos más hay que darles la razón de la peor manera antes de que la cosa cambie?
Los gobernantes son elegidos por los gobernados, y si bien lo que está hecho así está, hay que empezar a mirar lo que se está por hacer. ¿NO?
Me voy a mirar el diario, Clarin, nono... no soy anti K, nada más tiene unos muy buenos clasificados.


viernes, 27 de abril de 2012

No somos tan distintos, o si?






"Dejen de quejarse de que los hombres no las entienden chicas. Si las entendieran, no las amarian"
"El día que los hombres entiendan a las mujeres y viceversa se termina el misterio y la intriga generadores de la atracción"
(Alguna boluda en twitter)


Hombres y mujeres gastan palabras, letras e incontables momentos de su vida quejándose de lo mismo: unos no entienden a los otros.
Se han hecho sin fin de intentos de explicaciones de todo tipo: acusadoras, melancólicas, graciosas, no tan graciosas, mediocres, insulsas y el adjetivo que quieran agregar. Ninguna llegó a buen puerto, ni a uno malo siquiera. No se pudo imponer ningún tipo de paradigma que deje convencido a ningún bando de nada. Podríamos decir que en algún momento, la opinión mas aceptada fue “al sexo opuesto no hay que entenderlo, hay que amarlo”. Pero no es más que una muestra de conformismo ante la ignorancia. Es casi una explicación religiosa.
En fin, la cosa es que lo escrito a continuación no intenta explicar nada. O sea, la introducción nada más la escribo para contarles que no estoy intentando sumarme a las miles de mentes que filosofan sobre este tema, nada más quiero compartir algunos datos REALES que a mi me resultaron curiosos y por ahí caben dentro de este marco de “las diferencias entre hombres y mujeres” y “nadie entiende un carajo”. Sí, reales: son respuestas obtenidas de amigos, alguna quizás también dada por la que suscribe. Es una recolección empirica, que no intenta definir nada, pero puede resultar ejemplificadora. Ahí les va:

De cómo y por qué eligen sus parejas.
Ante preguntas típicas como ¿y por qué están juntos? ¿qué te gusta tanto? Los testimonios recopilados son:
De parte de ellas:
- La verdad no se boluda que le vi, no tengo idea boluda. No sabés como me gusta boluda. La pasamos bien boluda. Yo que se. Hace mil que no me sentía asi boluda.
(Claramente me intriga mucho mas por qué fue ella la elegida.)
-Me hace feliz.
En este caso, recibí la respuesta que toda madre quiere escuchar y que toda amiga sabe que es mentira. ¿Te hace feliz? ¿Y no podés decir el por qué? Es claro: no querés estar sola.
-Me gusta como me trata, como lo trato. Me gusta él y lo que me genera. Me gusta lo que somos cuando somos juntos, y también lo que somos por separado. Que también cambia, porque cada uno hace que el otro sea distinto.
-Tiene una poronga de 20 x 5 y la usa como los dioses. 
-Nos gustamos, nos amamos y no nos preguntamos el por qué. Para que saber el por qué cuando mejor es poder disfrutarlo.
 Nótese que las mujeres tienden a responder mucho en plural.

Departe de ellos:
-¿Le viste las tetas?
-Estoy con ella porque no me pude levantar a la amiga y bueno. Fue re copada.
-Me hace feliz.
(A un hombre le creo ese motivo. No tiene la sensibilidad femenina como para explicar todas las otras emociones que lo llevan a esa felicidad. Si te dice Feliz es todo lo demás también)
-Porque la madre es paralítica, así que me la cojo tranquilo y nadie me abre la puerta. (¿Les dije ya que todas estas respuestas son reales ¿no?).

De qué gusto de helado quieren.
Las féminas eligen:
-Del gusto que él quiera, lo vamos a compartir. (¿Y si pide de mierda?)
-Crema del cielo, frutilla a la reina, mousse de limón.
-¿Qué gustos tiene? ¿A qué heladería vas a llamar? ¿Tienen gustos light? ¿Y si mejor comemos chocolate? No dejá, mejor prepará unos mates amargos que me estoy cuidando. (Rifle sanitario).
-No sé, ¿vos de qué vas a pedir?

Los muchacho eligen:
-Chocolate y dulce de leche.
-Chocolate, dulce de leche y zambayon.
-Chocolate y dulce de leche.

De las enfermedades.
Cuando las chicas se enferman...
“Es una gripe, me tomo uno de esos tecitos y se me pasa”.
“Me debe haber caído mal algo que comí, me tomo un te digestivo y se me pasa”.
“Es una contractura. Me pongo hielo, me tomo un te de tilo y se me pasa”.
(La cosa del te a repetición no la entiendo, sobre todo porque el te me hace vomitar. Pero bueno, hay una cultura alrededor del te y sus propiedades medicinales que es innegable).
“Me duelen los ovarios, me tomo un té, como 7 kilos de chocolate, lloro dos horas, le grito a alguien que no tiene nada que ver, se me va el período y se me pasa”.

Cuando los chicos se enferman...
“Vuelo de fiebre, tengo tanto moco que no puedo respirar. Esto no puede ser un resfrio y nada mas”.
“Si sigo vomitando así voy a escupir el hígado. Me duele mucho. Apagame la luz. Tapame. Prendeme la luz. Tapame. Apagame la luz. Prendela. No te vayas, quédate al lado mío que tengo miedo de desmayarme”.
“No puedo moverme. Necesito estar acostado porque no encuentro posición. Ya me duele demasiado, para mi que esto no es muscular, tiene que ser algo mas. Llamala a mi mamá y preguntale que puedo tomar”.
(Si tuvieran que tolerar un dolor de ovarios, se suicidarían en el primer mes. Ni hablar de parir y el exterminio de la raza humana).

En fin, es clarísimo que hombres y mujeres reaccionan diferente incluso ante los mismos estímulos. Y en mi humilde opinión eso es lo genial de las relaciones.
Nos atraemos por esas diferencias. Por esa incomprensión. Incluso creo que por una curiosidad masoquista de convivir con todo eso que desconocemos y no entendemos.
Mas que entendernos, mas que amarnos, la cosa es que probemos de disfrutar de todo eso que nos hace distintos y que a la vez nos junta.
Porque si él entendiera que tus hormonas son las que te dibujan esa expresión de mierda dos o tres días al mes, no haría nada que provoque tus gritos. Y no podrías descargarte.
Porque si ella no te viera como un cachorro indefenso y quejoso cada vez que se te encarna una uña, no te cuidaría con el amor que lo hace cada una de esas veces.
Mirá si nos entendemos todos y se terminan las discusiones… ¿El sexo reconciliatorio dónde queda? ¿Y si cuando desciframos ese misterio que colorea las actitudes del sexo opuesto nos damos cuenta que es todo muy básico, aburrido y pierde la gracia?
No señores. Yo no quiero  ni entender a los hombres ni que ellos me entiendan. Me sigue entusiasmando la idea de que no queda otra que tomarlos o dejarlos. Y que vean como se las arreglan conmigo.
Me sigue fascinando encontrar diferencias rotundas, que nos definan en género, y que no sean las genitales. Al fin y al cabo, creo que ese es el imán fundamental. Y si éstas son las diferencias que generan la guerra de los sexos, bienvenidas sean, al fin y al cabo no por nada el Tratado de Paz más veces firmado de la historia es el orgasmo.
Y sí, muchas mujeres son masculinas y hay muchos hombres femeninos. No es que entendieron mejor el otro bando, simplemente, son un ejemplo de que en el fondo somos todo lo mismo pero que nos separamos inentendiblemente porque así la conquista es mucho más divertida. 

Ajam...

No esperes irte de acá con una sonrisa o con nuevos conocimientos. Esto es catarsis, es indirectas, es directas y es yo.




Gracias MX por ayudarme a expresar mejor la idea...