"Dejen de quejarse de que los hombres no las entienden chicas. Si las entendieran, no las amarian"
"El día que los hombres entiendan a las mujeres y viceversa se termina el misterio y la intriga generadores de la atracción"
(Alguna boluda en twitter)
Hombres y mujeres gastan palabras, letras e incontables
momentos de su vida quejándose de lo mismo: unos no entienden a los otros.
Se han hecho sin fin de intentos de explicaciones de todo
tipo: acusadoras, melancólicas, graciosas, no tan graciosas, mediocres,
insulsas y el adjetivo que quieran agregar. Ninguna llegó a buen puerto, ni a
uno malo siquiera. No se pudo imponer ningún tipo de paradigma que deje
convencido a ningún bando de nada. Podríamos decir que en algún momento, la
opinión mas aceptada fue “al sexo opuesto no hay que entenderlo, hay que amarlo”.
Pero no es más que una muestra de conformismo ante la ignorancia. Es casi una
explicación religiosa.
En fin, la cosa es que lo escrito a continuación no intenta
explicar nada. O sea, la introducción nada más la escribo para contarles que no
estoy intentando sumarme a las miles de mentes que filosofan sobre este tema,
nada más quiero compartir algunos datos REALES que a mi me resultaron curiosos
y por ahí caben dentro de este marco de “las diferencias entre hombres y
mujeres” y “nadie entiende un carajo”. Sí, reales: son respuestas obtenidas de amigos, alguna quizás también dada por la que suscribe. Es una recolección empirica, que no intenta definir nada, pero puede resultar ejemplificadora. Ahí les va:
De cómo y por qué eligen sus parejas.
Ante preguntas típicas como ¿y por qué están juntos? ¿qué te gusta tanto? Los testimonios recopilados son:
De parte de ellas:
- La verdad no se boluda que le vi, no tengo idea boluda. No
sabés como me gusta boluda. La pasamos bien boluda. Yo que se. Hace mil que no
me sentía asi boluda.
(Claramente me intriga mucho mas por qué fue ella la
elegida.)
-Me hace feliz.
En este caso, recibí la respuesta que toda madre quiere
escuchar y que toda amiga sabe que es mentira. ¿Te hace feliz? ¿Y no podés
decir el por qué? Es claro: no querés estar sola.
-Me gusta como me trata, como lo trato. Me gusta él y lo que
me genera. Me gusta lo que somos cuando somos juntos, y también lo que somos por
separado. Que también cambia, porque cada uno hace que el otro sea distinto.
-Tiene una poronga de 20 x 5 y la usa como los dioses.
-Nos gustamos, nos amamos y no nos preguntamos el por qué.
Para que saber el por qué cuando mejor es poder disfrutarlo.
Nótese que las
mujeres tienden a responder mucho en plural.
Departe de ellos:
-¿Le viste las tetas?
-Estoy con ella porque no me pude levantar a la amiga y
bueno. Fue re copada.
-Me hace feliz.
(A un hombre le creo ese motivo. No tiene la sensibilidad
femenina como para explicar todas las otras emociones que lo llevan a esa
felicidad. Si te dice Feliz es todo lo demás también)
-Porque la madre es paralítica, así que me la cojo tranquilo
y nadie me abre la puerta. (¿Les dije ya que todas estas respuestas son
reales ¿no?).
De qué gusto de helado quieren.
Las féminas eligen:
-Del gusto que él quiera, lo vamos a compartir. (¿Y si pide
de mierda?)
-Crema del cielo, frutilla a la reina, mousse de limón.
-¿Qué gustos tiene? ¿A qué heladería vas a llamar? ¿Tienen
gustos light? ¿Y si mejor comemos chocolate? No dejá, mejor prepará unos mates
amargos que me estoy cuidando. (Rifle sanitario).
-No sé, ¿vos de qué vas a pedir?
Los muchacho eligen:
-Chocolate y dulce de leche.
-Chocolate, dulce de leche y zambayon.
-Chocolate y dulce de leche.
De las enfermedades.
Cuando las chicas se enferman...
“Es una gripe, me tomo uno de esos tecitos y se me pasa”.
“Me debe haber caído mal algo que comí, me tomo un te
digestivo y se me pasa”.
“Es una contractura. Me pongo hielo, me tomo un te de tilo y
se me pasa”.
(La cosa del te a repetición no la entiendo, sobre todo
porque el te me hace vomitar. Pero bueno, hay una cultura alrededor del te y
sus propiedades medicinales que es innegable).
“Me duelen los ovarios, me tomo un té, como 7 kilos de
chocolate, lloro dos horas, le grito a alguien que no tiene nada que ver, se me
va el período y se me pasa”.
Cuando los chicos se enferman...
“Vuelo de fiebre, tengo tanto moco que no puedo respirar.
Esto no puede ser un resfrio y nada mas”.
“Si sigo vomitando así voy a escupir el hígado. Me duele
mucho. Apagame la luz. Tapame. Prendeme la luz. Tapame. Apagame la luz.
Prendela. No te vayas, quédate al lado mío que tengo miedo de desmayarme”.
“No puedo moverme. Necesito estar acostado porque no
encuentro posición. Ya me duele demasiado, para mi que esto no es muscular,
tiene que ser algo mas. Llamala a mi mamá y preguntale que puedo tomar”.
(Si tuvieran que tolerar un dolor de ovarios, se suicidarían
en el primer mes. Ni hablar de parir y el exterminio de la raza humana).
En fin, es clarísimo que hombres y mujeres reaccionan
diferente incluso ante los mismos estímulos. Y en mi humilde opinión eso es lo
genial de las relaciones.
Nos atraemos por esas diferencias. Por esa incomprensión.
Incluso creo que por una curiosidad masoquista de convivir con todo eso que
desconocemos y no entendemos.
Mas que entendernos, mas que amarnos, la cosa es que
probemos de disfrutar de todo eso que nos hace distintos y que a la vez nos
junta.
Porque si él entendiera que tus hormonas son las que te
dibujan esa expresión de mierda dos o tres días al mes, no haría nada que
provoque tus gritos. Y no podrías descargarte.
Porque si ella no te viera como un cachorro indefenso y
quejoso cada vez que se te encarna una uña, no te cuidaría con el amor que lo
hace cada una de esas veces.
Mirá si nos entendemos todos y se terminan las discusiones…
¿El sexo reconciliatorio dónde queda? ¿Y si cuando desciframos ese misterio que
colorea las actitudes del sexo opuesto nos damos cuenta que es todo muy básico,
aburrido y pierde la gracia?
No señores. Yo no quiero
ni entender a los hombres ni que ellos me entiendan. Me sigue
entusiasmando la idea de que no queda otra que tomarlos o dejarlos. Y que vean
como se las arreglan conmigo.
Me sigue fascinando encontrar diferencias rotundas, que nos
definan en género, y que no sean las genitales. Al fin y al cabo, creo que ese es el imán fundamental. Y si éstas son las diferencias que generan la guerra de los sexos, bienvenidas sean, al fin y al cabo no por nada el Tratado de Paz más veces firmado de la historia es el orgasmo.
Y sí, muchas mujeres son masculinas y hay muchos
hombres femeninos. No es que entendieron mejor el otro bando, simplemente, son un
ejemplo de que en el fondo somos todo lo mismo pero que nos separamos
inentendiblemente porque así la conquista es mucho más divertida.
Gracias por haber vuelto a la escritura extensa!
ResponderBorrarGran texto, grandes diferencias!
Un placer leerla!
Genial!
ResponderBorrarYo creo que somos distintos pero está en uno buscar la desigualdad que lo complemente. Muchos se quedan con la primera persona que conocen y a lo mejor la pegan, pero es necesario buscar para encontrar. Para culminar, sólo me queda acotar que soy un enfermo modelo: me quedo acurrucado en mi camita, pongo una sonrisa de salud total y no jodo a nadie. Pero claro, mi mujer no lee blogs y no puede certificar mis palabras.
ResponderBorrarUn beso en tu prosa.
El placer de leerle no cambia, bella Mae.
ResponderBorrarGran texto. Coincido en repetidas ocasiones. Cariños.
Victoria.
Buen post, un gusto leerte, no puedo decir nada de nada al respecto, porque soy "bueno" para el humor, para el amor soy un 0 a la izquierda.
ResponderBorrar¡saludos genia!
Que divertidas las respuestas.Es un texto lleno de verdades.Es una genialidad,me encanto.
ResponderBorrarSi las diferencias dejaran de existir, como decís vos, se muere el misterio y sin misterio no hay conquista, ni adrenalina, ni incertidumbre y es una cagada. Hay que celebrar las diferencias mientras nos unen y olvidarlas cuando nos separan. Muy buen texto. Ojalá publicaras mas seguido #vaga.
ResponderBorrarComo siempre, me encanto lo que escribiste, siempre tenes las palabras justas! sos una genia!
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