sábado, 24 de noviembre de 2012

No es lo mismo. No es lo mismo.



"Me dieron tantas excusas que las vendo. Hay de todos los precios, para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero."
Olga Ivanova - Twittera. Fracasada. 2012.


A la hora de recibir una explicación o de darla, es importante que distingamos entre "excusa" y "justificación·.
La justificación es un por qué real de algo. Nos caiga o no en gracia es el motivo.
La excusa en cambio, es un por qué del cual la imaginación es un gran responsable. De hecho, muchas veces las excusas mentirosas nos caen mejor que una realidad. Ahí es donde tenemos que decidir si vamos a pedir verdades y asumirlas con estilo (aunque nos caigan como el culo) o vamos a preferir que nos mientan, creer y tener estilo, que va a ser tan ficticio como la excusa propiamente dicha. Eso ya queda en cada uno.
A ver, ejemplos:

Nos gusta alguien, y sentimos que le gustamos. Hay un coqueteo, histeriqueo, juego de seducción o lo que nosotros generemos.
Finalmente se concierta una cita, en la cual planeamos llevar a cabo todo lo que venimos fantaseando hasta ahora. Por ende, tiene una carga de expectativas altísimas. Elegimos fecha, lugar, hora, que nos vamos a poner, cómo nos vamos a peinar, a sentar, qué decir y qué no.
Dos horas antes suena el téléfono y atendemos sin mirar, pensando que es ese confidente que sabe todo y nos llama para calmarnos y desearnos suerte. No. Es nuestro parteneire que llama para cancelar.
MOMENTO TERRIBLE.
¿Qué queremos? ¿Excusa o justificación?

Posibles justificaciones:
-No llego porque me tengo que quedar unas horas más en el laburo, es fecha de cierre de facturación.
-Vino de visita sorpresa mi mamá que vive en el interior, en el interior de la concha de la lora.
-Mi ex me pidió que cuide a los nenes.
-Tengo fiebre.
-No me animo.
-En realidad no me gustás tanto y va a ser una pérdida de tiempo.

Ah si, porque entre las justificaciones se espera siempre que sea algo ajeno a uno mismo, y en casos como este especialmente, que pueda posponerse la cita. Pero a veces, no es así. Y no todos estamos preparados para recibir la justificación que no queremos oir.

Posibles excusas:
-Se murió mi abuela que vive a la vuelta de la argolla del pato y estoy viajando ya. (Y después lo ves etiquetado en el album de fotos de facebook que se llama "Fiesta inolvidable a la vuelta de tu casa, si de la tuya que te dije que me iba al entierro de mi abuela").
-Me duele todo el cuerpo porque tuve un partido de ajedrez y los nervios me mataron. (Daleeeee)
-La verdad es que me das miedo, creo que podría enamorarme de vos y no estoy en condiciones de volver a pasar por algo así.

La última es genial. Es la que todos quieren oír aun sabiendo que no es verdad y peor aún: se la siguen creyendo.

Nos quejamos de que nos dan excusas pero, ¿cuántos estamos en condiciones de oir justificaciones?
¿Cuántos somos capaces de DAR justificaciones?
Porque decime la verdad: antes de dar la respuesta correcta, ¿no te diste alguna vez la excusa (y te la creíste) de que decir la verdad iba a lastimar al otro?
Ahhhh, pero cuando uno da la excusa es distinto de cuando la recibe, ¿no?

Todos queremos la verdad, pocos saben manejarla y casi ninguno es capaz de otorgarla. ¿No estaremos siendo un poco pelotudos?

Mirá si será tema común, que hasta le hacen canciones.




Ajam...

No esperes irte de acá con una sonrisa o con nuevos conocimientos. Esto es catarsis, es indirectas, es directas y es yo.




Gracias MX por ayudarme a expresar mejor la idea...