martes, 25 de septiembre de 2012

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida


"La muerte y el amor tienen en común que te toman por sorpresa. Y nunca piden permiso."

Olga Ivanova, 2012 - Enamorada contemporánea.



Nunca parece buen momento para morirse ni para enamorarse, pero qué se le va a hacer. Son esas cosas que te pasan y no podés evitarlas. Porque a mi no me vengas a decir que podés manejar el amor, yo sé mejor que nadie que es mentira.
A mí muchas muertes me tomaron por sorpresa. Un día el amor se cansó de no ser nunca la estrella y entró en juego.
Les juro que yo no tenía idea, no me lo vi venir ni un poco.
Llegó un domingo como cualquier otro, mientras yo que había pasado de padecer mi soledad a disfrutar de mi soltería, me fui a comer un asado. La cosa es que me pasa a buscar este pibe. No se quién lo mandó en un momento tan inoportuno, con el terreno tan preparado. Yo tan segura de que el amor no existía, tan tranquila de que no era un motivo para preocuparme...
No me quiero ir del tema. La cosa es que me tocó timbre, era un amigo en común de algún amigo, y no lo había visto en mi puta vida. O miento, una vez me llevó por delante, pero ni lo miré. Para echar improperios, no hace falta ser un observador detallista. Y ahí estaba. Paradito en la puerta de mi casa, él que si me llevó por delante, obviamente NUNCA me había visto tampoco. A esta altura no tiene sentido mentir: me entró por los ojos. Ya habíamos hablado varias veces antes, así que medio que ya lo tenía metido por otros lados. Y entre que la carne es débil y el alma medio pelotuda... ahí estaba yo, viajando en su auto hacia un asado con amigos, pensando en que lo mejor hubiera sido fingir un desmayo y meterlo en mi casa.
Terminamos de comer, nos fuimos a que todos los comensales tomaran café mientras yo me dormía una siesta en el sillón del dueño de casa. Y nada che. Yo tenía un compromiso, al que mi chofer del mediodía se ofreció a llevarme en la tarde-noche y nada.
A los días, cenamos de nuevo, con un amigo en común. Y sin esperanzas de ningún tipo. Mirábamos una película en el sillón, cuando sentí su manito en mi hombro y a los minutos, su aliento muy cerca del mio. ¿Sexo? No, me arruga el amor. Dormimos abrazados. Y no me di cuenta que ese era el fin de mi vida tal y como la conocía hasta ese momento. Eso de no atender el teléfono, eso de no querer ver más de dos o tres veces a nadie, eso de no creer en nada, eso de ser "el karma del sexo masculino" (cómo me decía mi hermana) lo hice un bollito y me lo metí... en algún bolsillo. Horas de caminata de la mano, cada noche. Dormir mirando el teléfono. Dos semanas más tarde, pasamos un día y medio sin vernos. Cuando nos encontramos, corrimos a besarnos. Como en las novelas, pero como era "de enserio", no sabría decir si como dos pelotudos o como dos enamorados que no quieren reconocerlo. Al mes y medio, se quedó a dormir en mi casa, todavía no se fue (y mirá que pasaron meses y meses eh). Mientras escribo esto acá lo miro, él lee un libro sentado al lado mío. Y yo busco cómo hacer esta historia más larga. Pero no puedo, le tomó demasiado poco tiempo convertirse en el hombre de mi vida y cambiármela para siempre.
Pero el amor se quedó con las ganas de ser la estrella de esta historia, porque este hombre, es todo mi universo.


Entonces, la otra parte quiso contar cómo lo vivió él. Y vino el hombre de mi vida, del que les conté, y escribió esto.

"Y después de esa "noche mágica", en la que nos compartimos, en la que charlamos y tomamos. En la que no hubo sexo pero igual ahí con nosotros, por nosotros, estaba todo el amor del mundo, nos seguimos viendo, a escondidas, de la mano, entre los árboles, esperándonos en diferentes esquinas para aprovechar mas el tiempo. Paseos que compartimos con helados, con chocolates, con algo de tomar. Paseos en los que no nos podíamos, como ahora, sacar los ojos de encima del otro. Paseos perfectos, en los que el tiempo se detenia por y para nosotros. Paseos donde nuestras manos, nuestros ojos, donde nuestras almas bailaban el mejor de los bailes, porque es así, cuando hay amor, amor del de verdad, el mundo no existe, es solo de y para los amantes. NOSOTROS.
Y nos pasó que no nos vimos por tan solo un día y medio y cuando nos vimos corrimos hacia el otro, pero corrimos desesperados, no nos dijimos ni "hola", no hacia falta, nuestra sola presencia ahí, en esa calle con poca luz, en esa calle tan nuestra nos dimos ese beso que se dan en las películas, ese beso en el que le decís tan solo con los labios y las caricias, "no te vuelvas a ir por tantos días, no sabes todo lo que te extrañé, no sabes todo lo que me haces falta, quiero mi vida con vos, no me sueltes, abrazame, quedate conmigo". Todo eso y mas estaba en ese beso. Todo eso esta en cada beso que nos damos, cada vez que "chapamos" "porque si".
Porque yo asi la siento mía, y yo me siento de ella, para ella. Porque lo mas importante es verla sonreír. Que me regale esa sonrisa, esos ojos, esa expresión que solo ella me da.
El tiempo es nuestro, siempre lo fue y asi será. Porque ella es la mujer de mi vida."



Mariano.

No, no se lo pienso corregir en nada. Y me voy, a besarlo y a darle play al video, así bailamos un rato juntos.

Ajam...

No esperes irte de acá con una sonrisa o con nuevos conocimientos. Esto es catarsis, es indirectas, es directas y es yo.




Gracias MX por ayudarme a expresar mejor la idea...