Me mandó unos mails, que voy a transcribir para que ustedes puedan apreciar su comentario, que más que comentario, es como una "mejoración" de lo que yo había escrito antes.
Cedo este espacio, y así va la cosa:
"De: coculo@tuiter.com.ar
Para: bastamae@tuiter.com.ar
Buenos días Sra Barnechea de Sillín.
Quise publicar mi comentario en tu blog, pero no pude porque parece que en excedí en el texto.
Te lo paso en un archivo adjunto."
(no voy a transcribir el resto del mail porque tiene connotación pornográfica)
Y acá les dejo el texto del archivo adjunto: (sin corrección, como vino, porque a Cocu no se lo corrige)
"Ante todo,
mis felicitaciones habituales por la excelente habilidad para escribir que
tenés.
Decir que
coincido en muchas cosas no aportaría nada nuevo, asi que creo más productivo
dejar expresado en que disiento.
Disiento
con que esto me tome por sorpresa.
Le vengo
pegando duro y parejo a los gobiernos Kirchneristas, porque vislumbro desde
hace bastante tiempo, que, más allá de algunos aciertos, el rumbo está
equivocado.
Vale decir,
si quiero irme a Mar del Plata, y meto acelerador a fondo por la Ruta 9, más
allá de mi habilidad para doblar a 140 km/h en una curva, o mi sensatez para
cargar el tanque en mitad del viaje, lo preocupante es que en lugar de ir hacia
Mar del Plata, me estoy alejando del rumbo hacia el cual me gustaría ir.
Tonto sería
si, al llegar con la sombrilla y la malla puesta a Córdoba, me veo sorprendido
porque no encuentro el mar ni los lobos marinos, sino que hay sierras y gente
escuchando cuartetos.
No digo que
no se pueda veranear en las sierras. A mi particularmente, me gusta más el mar,
y si veo que me están llevando para otro lugar, lo menos que hago es chillar.
Desgraciadamente,
cuando uno vive en un país y el micro lo maneja uno que elige la mayoría, no
puedo bajarme en mitad de camino e ir a donde yo quiera. Eso, además, me genera
mucha frustración.
Máxime si
considero (en forma personal y autoritaria) que la gente que votó para decidir
hacia donde vamos, no está suficientemente preparada en lo intelectual, para
decidir con sapiencia el destino del resto. Y sin olvidarme tampoco, que el
piloto del micro, tiene agarrados a muchos de las pelotas con favores, planes
sociales, electrodomésticos, puestos en alguna municipalidad, etc., para
asegurarse que una parte importante, esté presa y deba elegir lo que ellos
impongan.
Prácticas
que sin dudas están diseminadas en todo el espectro político (en mayor o menor
escala), pero que el peronismo hace de ellas una cultura, un estilo de
conducción.
Podría
hablar horas (y en todas las ocasiones mal) sobre el peronismo, pero no es el
tema de esta nota, por lo que, será para otra oportunidad.
Quienes somos
desde el comienzo críticos “del modelo”, no es que somos brujos o agoreros de
las tragedias, simplemente, sabíamos que el rumbo estaba equivocado, y que
muchas de las consecuencias iban a ser estas.
Por lo
tanto, si cuando llegamos a Córdoba queremos clavar la sombrilla en lugar de la
arena de una playa hay vegetación, y no tenemos idea qué carajo hacer con la
tabla de barrenar olas en medio de la sierra, no nos vemos sorprendidos.
El idiota
es el que llevó ese equipaje, sabiendo (o no teniendo claro) que iba hacia un
lugar en el que había sierras.
Hoy, entre
otros centenares de detalles, faltan insumos básicos; faltan medicamentos; los
servicios funcionan para el culo porque no hay inversión desde hace años (ni
propia ni, mucho menos, extranjera) y encima, quien tenía que controlar hizo la
vista gorda porque tenía intereses en juego; comienza a haber problemas de
caja; muchas de las actividades se ven seriamente jaqueadas, y por ende, las
empresas tienen que decidir despedir gente, etc, y todo parece saltarnos a la
vista por sorpresa.
En el tema
inversiones, por ejemplo, hay una cuestión simple: si cundo venís a mi casa te
trato mal y te robo la billetera, no venís más. Y seguramente, si tenés amigos,
te vas a sentir tan indignado que les vas a contar a todos lo que te pasó, y
vas a tratar de influenciarlos para que ellos tampoco vengan.
Del mismo
modo, si cuando vos eras chico venían tus amigos a tu casa y vos no les
prestabas tus juguetes, no te sorprendas si ellos tampoco luego te quieren
prestar sus juguetes. Si la Argentina necesita exportar, y no importa, no hay
relación comercial posible con el exterior. Cuando uno hace la broma de “Somos
Cuba”, no es por otra cosa que por eso. Es porque nos damos cuenta que, de a
poco, con estas actitudes, nos vamos aislando y podemos terminar como ellos.
Ojo, quizás
podamos vivir aislados. Después de todo, somos argentinos, y los argentinos
somos los campeones del mundo de todo y somos más vivos que el resto, y quizás
podamos vivir en un mundo donde solo existamos nosotros. ¿Para qué necesitamos
a los demás?
Mi último
comentario es para el tema de los cacerolazos.
¿Es garca o
golpista el que participa de un cacerolazo?
Lo primero
que se me viene a la cabeza, es que sin dudas para el Gobierno, si. Bah, en
general, para los K, todo aquel que no les chupe las medias y acate al 100% sus
doctrinas, lo es, y tiene un plan conspiratorio por ser oligarca.
Más allá de
eso, la verdad es que el tema cacerolazo, no lo deseo enfocar solamente hacia
el punto de vista ese, o si el tipo de clase media, o clase alta, solo se
moviliza cuando le tocan el culo (lo cual es así, aunque nos pese).
El tema
para mi, tiene dos ribetes más preocupantes, que quedarme en el análisis
superficial de si la clase media es egoísta o no.
En primer
lugar, la reducción de libertades que nos imponen para hacer lo que se nos
cante el culo con nuestra mucha o poca guita. Acá ya no puedo, no solo decidir
si voy a Mar del Plata o Córdoba, sino que también me están imponiendo que voy
a tener que tomar jugo Tang en lugar de Coca Cola. Dejame hacer con mi guita lo
que quiero.
No me gusta
vivir en un lugar donde el gobierno me dice hacia donde tengo que ir, qué tengo
que hacer, en donde se mete a decirme si tengo que comer guiso de lentejas o
flan con dulce de leche, y en donde si opino distinto soy golpista, oligarca y
antipatria.
El otro
punto escondido en el tema cacerolazos/dólares, es el tema confianza.
Si a mi me
gusta ahorrar en Dólares, es porque no le tengo fe al peso, porque no confío en
el gobierno ni en el rumbo que está tomando.
Si vos me
prohibís (esto no es una limitación, sino una prohibición) comprar Dólares, no
conseguís que te tenga más confianza, sino todo lo contrario, paso a desconfiar
de vos todavía más.
Por otro
lado, el tipo que tiene la suerte (si, dejemos de envidiarlo) de poder viajar
por el mundo, se tiene que volver pelotudo para poder juntar un miserable dólar
para disfrutar de ese viaje como se le cante el culo.
Ese es otro
mal eterno de este país, en donde se fomenta todo el tiempo la bronca y el
resentimiento por el tipo que pudo hacer (mal o bien) un mango más que el
resto. Ojalá algún día todos querramos tener tanta guita como él, y dejar de
querer que él sea tan pobre como nosotros, entre otras cosas.
En
definitiva, que se yo. A mi me gustaría más estar en la playa, con mi
sombrilla, pudiendo barrenar olas en el mar, y decidiendo libremente si con los
10 mangos que tengo en mi bolsillo, me compro un pancho y una coca, o me lo
gasto en una revista porno, y sin sentirme manipuleado, observado y objetado
todo el tiempo.
Entiendo
que haya gente a la que le guste otra cosa.
No entiendo
que al que le gusta eso, luego se sorprenda porque no es lo que esperaba.
Y
fundamentalmente, dejame que a mi no me guste lo mismo, y que lo pueda decir.
Podría
seguir horas, y por cada frase que escribí, dejé de lado otros 5 pensamientos
asociados.
Será en otra
oportunidad. Tengo que empezar a preparar el almuerzo para los pibes, y además,
necesito saludar a mis FANS de Twitter, que están esperando mis culo, teta y
negro de mierda de todos los días.
Cocu"
En fin, comparto una opinión inteligente con ustedes. Lo único que me queda por decir es gracias al Sr. Coculo por leer, por opinar y por participar. Y sobre todo, por dejarme mostrarles esto.