jueves, 7 de junio de 2012

Quejas de un sin ser ciudadano


"Cuando un gobierno dura mucho tiempo se descompone poco a poco y sin notarlo."
Montesquieu.



Tengo 31 años y soy extranjera, por ende no voto. Pero vivo en este país hace 29 años.
No tomo partido por ningún político jamás. No creo en los "-ismos", creo en las doctrinas y en Argentina hace mucho que la clase dirigente carece de alguna, porque el ego no le está dejando lugar. 
Me llamo María Eva, evidentemente, este desapego a la militancia no lo heredé de mi familia. Se darán cuenta que mis papás no pensaron en la manzana al bautizarme si les cuento que tengo hermanos Facundo Ernesto y Roque Camilo.
Como no voto, tengo la ventaja de poder decir siempre "yo no lo voté" y la uso mucho en chiste. Si me pongo seria, evito hablar de política, pero en épocas de elecciones se pone complejo llevar tal plan a cabo y termino explicándole a mi mamá por qué no debería votar a tal o cuál candidato; o comentando a quién votaría si pudiera gozar de ese derecho cívico que tanta sangre le costó conseguir a un país que amo. Y sobre todo, los años de exilio de mi papá. No, no nací en Venezuela por un viaje de placer de más de 9 meses de mis viejos, sino porque mi papá fue un luchador tan empedernido por los derechos democráticos de su país, que puso en riesgo su vida y la de muchos de los que lo rodeaban en la época de la dictadura, teniendo que huir toda la familia al caribe.
Las decisiones de los gobernantes no deberían analizarse con fanatismo, sino con sentido común. Pero parece que a muchos de nosotros no nos sale, o no les sale. A veces no se si incluirme o no.
No soy K ni anti K. Los K son un apellido: no son una filosofía, un equipo de fútbol, ni siquiera son una ideología. Nada a lo que ser anti. Tampoco son estrellas de rock, o dadores de grandes aportes a la cultura, así que no encuentro causa para profesar algún tipo de fanatismo.
Tuvieron aciertos y desaciertos en sus gestiones: todos podemos equivocarnos, y a todos nos puede salir una bien de puro culo. Ustedes elijan con que prisma ven las cosas. Yo elijo el mío, pero no lo comparto, porque no me gusta teñir de mis opiniones al resto. A lo sumo las puedo compartir de manera confusa, cosa que no se contagien. No me siento capacitada para infectar a los demás de mis propios pensamientos.
Quizás sea porque vengo de una familia demasiado politizada, o quizás porque soy consciente de mis limitaciones, o quizás porque lo único que pretendo de este post es descargarme mediante la tinta virtual, pero elijo no hacer demagogia de la nada.
Y desde esta postura, que puede parecer poco comprometida, o poco profunda o poco lúcida, o poco lo que sea, me expreso. 
No vengo de una familia acomodada económicamente. Mi abuelo arrió bolsas en el puerto, hasta que ahorró y compró un kiosco de diarios. Le pasó el oficio a mi viejo, que llegó hasta sexto grado. Mi mamá, se crió en un orfanato. Así que mucho de ahí no se heredó. Estudió, es auxiliar de enfermería y trabaja de forma particular. Da un promedio de 300 inyecciones mensuales, baña pacientes (aun teniendo dos enfermedades que no le permiten hacer esfuerzos, que ella igual hace), toma la presión, vacuna nenes, y mira novelas con viejas que lo único que quieren es compañía. Y no les cobra. Digamos que las cosas no nos fueron regaladas, pero subsistimos.
Yo trabajo desde los 14 años. A los 19 me fui de mi casa, me independicé y desde ese entonces JAMÁS dependí de nadie económicamente hablando. Emocionalmente, tengo adicción por varias personas, pero todo no se puede.
Trabajé de todo: cajera de una parrilla, di clases particulares a chicos de primaria y secundaria, vendí celulares, fui secretaria en una agencia de noticias que me sigue debiendo parte del último sueldo de octubre del 2001, me desempeñé como cadete en la farmacia de una clínica y con mucho huevo terminé siendo la encargada administrativa de la misma farmacia, y los compañeros que me habían enseñado el trabajo pasaron a ser mis subordinados. Ninguno se quejó por sus mas de 15 años de antigüedad, porque consideraron que me había ganado el puesto.
Hace un tiempo, cuando mi mamá necesitó  un tratamiento especial y por ende, compañía especial, decidí dejar la relación de dependencia y traté de poner mi propio negocio. Igualmente no perdí contacto con algunos de mis empleadores, e incluso clientes anteriores, y seguí trabajando de manera independiente en salud, que no deja de ser el rubro que mas disfruto. Soñado.
Intenté sacar adelante mi negocio, que por cierto habilité sorteando muchas coimas que me fueron solicitadas a tal fin.
Así me mantuve, y pude ayudar a parte de mi familia que no pasaba por un momento tan bueno como el mío, porque la verdad es que con los K me iba bien. Pero no los hubiera vuelto a elegir, si  tuviera derecho a voto, PORQUE VEIA CLARAMENTE QUE AL RESTO NO LE IBA TAN BIEN COMO A MI. Y cuando uno mete el papelito en la urna, si piensa solamente en su situación, debería hacer la cuentita esa de que en 4 años este mandato llega a su fin, y capaz, ese gobierno que tanto te conviene, cuando se termina te deja pagando las consecuencias de la maravillosa vida que te diste Y SE DIERON, los 4 añitos anteriores. Pero no, acá seguimos con la filosofía de si me va bien a mi... No aprendimos del 1 a 1 mentiroso, que dejó una economía completamente rota. Que cuando el gobierno siguiente no pudo mantener, nos dejó con un peso tristemente devaluado, pero con la economía totalmente dolarizada. No, nosotros seguimos creyendo que a la hora de votar, hay que mirar la billetera y nada más. ¿Las políticas económicas? Naaa... eso es a largo plazo. LA CHOTA. ¿De verdad creen que la situación actual no es consecuencia de nada? ¿De verdad la gente sale a pegarle a una cacerola porque no puede comprar dólares en lugar de pedir que las transacciones comerciales se hagan en la misma moneda en que se pagan los sueldos? 
En fin: hoy por hoy la economía sorprende más que el embarazo de una virgen. Y le creo mas a una embarazada que es virgen, que a nuestra presidenta cuando habla de mejoras en la situación del país.
Este gobierno tuvo cosas muy buenas, como la ley que le permite casarse a las personas del mismo sexo. También les facilita el divorcio, porque a este paso va a ser muy difícil que logren reunir bienes que dividir.
Hoy escribo enojada, porque de un día para el otro amigos míos y yo misma desde anoche, no tengo trabajo. Pero eso no es lo complejo: el tema es la incertidumbre de cuándo volveremos a tenerlo.
Hay empresas cerrando o reduciendo su personal, por tanto la esperanza de ser uno de los privilegiados que cae en el caso particular de la empresa en expansión que necesita un empleado tiende a ser cada vez mas reducida.
Vivimos en un país que sangró por tener democracia, y que sin embargo, la usa para sufragar a favor de que nos limiten los derechos.
Vivimos en un país que tiene una clase media alta que recién hoy sale a quejarse porque no puede comprar moneda extranjera, una clase baja comprada en planes sociales y una clase media que está tendiendo a desaparecer. Con estadísticas mentirosas: cada persona que recibe un plan, desaparece automáticamente del índice de desocupación sin ir más lejos.
Mi duda es si como nación vamos a seguir mirando adentro de nuestra billetera a la hora de entrar al cuarto oscuro, sin dejar de recordarles que hasta hace una semana mis ingresos eran unos y a partir de unos días van a ser nulos. Sí, a mi que me iba bien con los K. ¿Qué pasó? Es simple: la "sensación de inflación" dejó a la gente sin "sensación de ganas de gastar". Y a mi con toda la "sensación de que me voy a endeudar para el carajo si sigo así".
¿Mi trabajo independiente y sin horarios? ¿Ese que era soñado? Como no se importan drogas ni excipientes, no hay fabricación de muchos medicamentos, y sin producto que vender, no se necesitan vendedores. Igual mucho más jodida es la situación de la gente que necesita de esos medicamentos. Pero bueno, siempre se puede encontrar algún reemplazo ¿no? ¿NO?
Los K hicieron algunas cosas bien o les salieron bien de culo, según quién lo mire y cómo. Mi pregunta es si todo lo que están haciendo mal, es un precio justo a pagar por lo otro.
Pero lo que más me intriga, es a dónde deja la capacidad analítica la gente cuando elige a sus gobernantes. Y en esta no me incluyo, porque no me toca elegirlos y porque aún en la mejor, no hubiera elegido lo que tenemos. El tiempo no hizo más que darme la razón en mi propio caso. El tema es: ¿a cuántos más hay que darles la razón de la peor manera antes de que la cosa cambie?
Los gobernantes son elegidos por los gobernados, y si bien lo que está hecho así está, hay que empezar a mirar lo que se está por hacer. ¿NO?
Me voy a mirar el diario, Clarin, nono... no soy anti K, nada más tiene unos muy buenos clasificados.


Ajam...

No esperes irte de acá con una sonrisa o con nuevos conocimientos. Esto es catarsis, es indirectas, es directas y es yo.




Gracias MX por ayudarme a expresar mejor la idea...